Historia
"Cuando regresé a Roma de la Galia y de España, bajo el consulado de Tiberio Nerón y Publio Quintilio, felizmente concluidas las empresas en aquellas provincias, el senado decretó que había que consagrar un ara a la paz augustea en el Campo Marcio y ordenó que en ella los magistrados, los sacerdotes y las vírgenes vestales celebraran cada año un sacrificio".
Con estas palabras Augusto transmitió en las Res Gestae, su testamento espiritual, la voluntad del senado de construir un altar a la paz, después de las gestas realizadas en el norte de los Alpes entre el año 16 y el 13 a.C.: la sumisión de los retios y los vindélicos, el control definitivo de los pasos alpinos, la visita a una Hispania finalmente pacificada, la fundación de nuevas colonias y la imposición de nuevos impuestos.
La dedicatio del Ara Pacis, es decir, su inauguración, se celebró el 30 de enero de 9 a.C.
Según el testimonio del historiador Cassio Dione (LIV, 25.3), en un primer momento el senado había propuesto edificar el altar en el interior de su misma sede, la Curia, pero la idea no fue respaldada y se escogió el Campo Marcio septentrional, recientemente urbanizado. El altar dedicado a la paz se encontraba justo en el centro de la vasta meseta en la que tradicionalmente se practicaban maniobras del ejército, de la caballería y, en tiempos más recientes, demostraciones gimnásticas de jóvenes romanos.